Mi planicie obliga al resto del cuerpo a ocupar un lugar
específico en el mundo, y mi anatomía se define frente a esta peculiaridad
aparentemente carente de importancia.
¿Puedo edificar una buena cúpula teniendo una base débil y
mal estructurada? ¿Debo culparme entonces de las fugas de mi azotea? ¿No
debería considerarme una superviviente ruinosa sobre unos cimientos con
aluminosis?
Ando torpe, insegura, caminando hacía dentro hasta que un
pie acaba tropezándose con el otro, me caigo, vuelvo a levantarme y me pongo la
zancadilla cada tantos pasos.
Unos pies sin gloria, un pasado sin curva, un presente por amontonar y un futuro que esparcir.
Unos pies sin gloria, un pasado sin curva, un presente por amontonar y un futuro que esparcir.
Sí, sí puedes porque lo imperfecto es vida mientras que lo que es perfecto, además de frío y aburrido, está muerto.
ResponderEliminarGracias Manel, pienso lo mismo.
EliminarYo diría que la cúpula no se ha visto afectada, al menos en cuanto a escribir se refiere. Sigue haciéndolo.
ResponderEliminarGracias Anónimo;-), eso me anima para retomar algún día el blog que lo tengo un poco abandonado. Besos y mil gracias
ResponderEliminarMe encanta tu descripción , una oda al forzado equilibrio =)
ResponderEliminarAlvaro Buenaventura en facebook
Mil gracias Álvaro!
ResponderEliminar