El tiempo y yo

Últimamente tengo una relación extraña con el tiempo, ya no hablamos, apenas nos cruzamos dos palabras y casi no pienso en él. Supongo que existe una razón, una explicación… Desde que soy mami ya no malgasto mis energías en analizar mi yo de antes, mi yo de ahora o mi yo del futuro. Simplemente vivo o sobrevivo al instante, saboreando cada triunfo y cada fracaso. El tiempo se ha materializado en mi hijo y en sus etapas. Y es que el tiempo tiene un poder infinito, con sus cosas buenas y sus cosas malas; a veces resulta ser el alivio de todos los males, otras, lo que te separa de un recuerdo querido. Cuando el marido de mi madre murió de sopetón, todo el mundo intentaba consolarla diciéndole que el tiempo curaría sus heridas, que tuviera fe en el tiempo. Mi madre, incrédula, veía al tiempo como un fuerte enemigo que la separaba del último beso que le dio a Fausto, de la última caricia, de la última vez que pudo oler su perfume Farenheit sobre su piel. El tiempo no hacía más que alejarla de todo aquello que había amado intensamente pero, efectivamente, el tiempo mitigó su dolor aunque nunca lo haría desaparecer.

Yo tengo fe. Creo que el tiempo es un aliado que nos hace ver las cosas con perspectiva sabia. Y aunque para la mujer el tiempo se traduzca en estrías, celulitis, patas de gallo y demás crueldades, para mi no deja de ser un justo soberano que al final hace que todos, altos, bajos, gordos, flacos, negros, chinos, guapos, feos, triunfadores y fracasados, seamos iguales: simples mortales.

Esperar a que el tiempo pase es, sin duda, la solución a muchas cosas. Pero hay que apostar por los minutos y los segundos, por el instante presente. Cuentan por ahí que da una rentabilidad asombrosamente feliz.

Tic, tac, tic…

7 comentarios:

  1. En ocasiones el tiempo te separa de las personas queridas... y eso no es bueno!!!!!!!

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  2. hermoso, inspirador y preciso!

    escuché tantas veces decir "tiempo al tiempo"
    pasados los días, meses, años, recién todo tenía sentido...palabras sabias

    linda entrada María Albertí
    saludos, sonrisas...

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  3. Estupenda reflexión aunque yo, que estoy ya eb ese lugar en el que me veo "más igual", miro con aire indiferente.
    Si estoy de acuerdo en que, de todas maneras, precisamenate por ello, hay que extraer a los segundos a los minutos y a los momentos felices, todo su jugo.
    Gracias por la visita.
    Te seguiré

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  4. Una reflexión con una obvia conclusión: mortales, así sin más... ¡carpe diem! o vivir el momento entonces.

    Y es que el ser humano es tan arrogante que dice "pasa el tiempo". Un profesor que tuve en bachillerato nos decía, "pasamos nosotros" no el tiempo, que se mide con muchas medidas.

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  5. Tu lo has dicho,
    tratar de ser felices
    en el tiempo presente,
    el ayer ya no existe
    y el mañana aún está
    por llegar.

    Gracias por tu visita

    Un abrazo

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  6. De acuerdo con el anterior,el tiempo es eterno y siempre ha estado y estará;por lo menos hasta donde sabemos o hasta nuevo aviso.Lo que sucedió en alguna época es que algún desocupado decidió tomar el tiempo y rebanarlo cual si fuése un queso y nos metió en ésta mala onda de la medición y la conciencia de nuestra velocidad dentro del espacio,lo cual por una parte fué constructivo,pero nos ha traído al presente caos.
    Ahora falta ver como o quien lo arregla.
    Sea bienvenida a mi blog junto con su familia ,cuando guste,son microrelatos.

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  7. Anónimo, a veces el tiempo te separa de lo malo y eso si que es bueno. El tiempo como aliado o como enemigo…, depende de lo que dejemos atrás.

    Gracias m, mil sonrisas

    Bienvenido Fonsilleda y gracias

    Manel, debo dedicar un rato a reflexionar sobre lo que dijo tu maestro, caray, tiene mucha tela. Somos arrogantes y miedosos, estamos aterrados, eso será…

    Carlos tienes razón, para ser feliz no hay que entenderlo todo, o más bien nada. Bienvenido, ahora mismito te descubro.

    Pues eso Marisa que hagamos del tiempo nuestro aliado y tomemos consciencia de su existencia para bien… Besote

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