Tics, manías y otras tonterías.

No sé si lo que voy a contar le sucede a mucha gente, a gente normal me refiero. Porque yo, y que esto vaya por delante, me considero muy pero que muy normal, que no vulgar, y es que lo tengo que explicar todo.
Tendría unos diez años más o menos, y por aquella época yo era un mar de dudas e inseguridades: ¿quién es Dios?, ¿quién soy yo?, ¿por qué yo soy yo?, ¿los demás existen cuando yo no les miro?.
Entre pregunta y pregunta, caí esclavizada por un número: El cuatro. ¿Y por qué el cuatro?, porque cuatro eran los componentes de mi familia; mi madre, mi padre, mi hermana y yo.
Todo, absolutamente todo lo tenía que hacer cuatro veces; limpiarme las manos cuatro veces, subir y bajar las escaleras de mi casa cuatro veces, abrir y cerrar las puertas cuatro veces, pedir perdón cuatro veces, dar las gracias cuatro veces…
Lo más difícil era encubrir dicha manía delante de la gente, porque con gente o sin ella, yo sentía la imperiosa necesidad de sucumbir a ese número par , y claro, yo no quería que me viesen como la lerda tarada que NO era. Por poner un ejemplo, disimulaba al subir y bajar escaleras rollo…: “¡Uy!, se me ha olvidado algo y tengo que volver a subir, ¡ay no! que lo tengo aquí..., ¡ay si!, ahora vengo…”. Pobre yo.
También tenía que colgar y descolgar el teléfono cuatro veces, y claro, el que estaba al otro lado no hacía más que escuchar golpes tipo: ¿Si?, ¡cloinc!, ¿quién es?, ¡cloinc!, un momento por favor, ¡cloinc!, vaya…, ¡cloinc!, esto…, perdona, es que se me caía el auricular…, ¿quién eres?.
La peor manía era la de las manos, porque con ésta se unía otra extravagancia, tic, patología, o qué se yo. Por un lado, estaba obsesionada en lavarme las manos todo el rato. Con sólo tocar o simplemente rozar algo, me veía obligada a ir inmediatamente a lavármelas. Eso unido al dichoso número cuatro…, pues ya os imagináis, lavándome las manos cada cinco minutos, cuatro veces seguidas. Comprenderéis que ahora la piel de mis manos sea como papel de lija, un tema que sinceramente me acompleja bastante. Es como darle la mano a una piedra pómez, en fin, que no necesito ningún extra para los peelings. Algo que, por otro lado, me significa un gran ahorro.
Ahora ya no tengo tics, casi no. Quizás alguna vez me da por evitar cruzar mis dedos y estirarlos como alambres, igual que mis extremidades, mientras soplo con fuerza, como echando de mi ser toda la energía negativa, o arrugo la nariz a modo de conejo, eso no sé muy bien porque lo hago.
Yo creo que esto le sucede a todo el mundo, pero nadie habla de ello. Y estoy convencida de que el porqué de estas acciones es más ridículo que las propias acciones.

7 comentarios:

  1. Hola Lady! me has hecho sonreír varias veces con estos recuerdos tuyos y esos tics... Lady Jones por ejemplo cuando piensa se arrasca siempre la barbilla, y eso que ella sepa, la lleva rasuradita desde que nació... como mucho algún pelillo cabrito...
    Un beso.
    LADY JONES

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  2. Jajajajaja, qué encanto cómo relatas las cosas! Hola! Me alegra mucho reencontrarnos! Un beso!!

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  3. muchas gracias por tus comentarios
    interesante blog!!!
    un saludo

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  4. María me hiciste recordar algunas manías o tic que tenia de pequeña, jajajaja, ya casi olvidadas en el baúl de Doña Concha.

    Colocaba correctamente los lapiceros, los libros en paralelo, las gomas a mi izquierda, y la pluma escrupulosamente recta (y soy zurda) Ups!!! pero si esto lo sigo haciendo,jajajaja.

    Gracias corazón por esté agradable recuerdo
    Mis besos.

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  5. Hay una manía más que tienes: escribir, y lo haces increiblemente bien, me da mucho gusto leerte, y cada ves es mejor. Un gran beso para ti, talentosa!!!

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  6. He llegado a este exquisito, sobrio y elegante blog desde otro. A partir de ahora lo seguiré pues me gusta el enfoque de lo que escribes.

    Respecto a este post, estoy de acuerdo con el final, que cito pues creo que merece la pena:
    "Y estoy convencida de que el porqué de estas acciones es más ridículo que las propias acciones. "

    Manel

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  7. ¡¡Que suerte la mia vivir en aquella época con tus tics, manias y otras tonterias!! Tengo muy buenos recuerdos y gracias a este blog siguen presentes.
    Besos

    Patricia

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