¿y qué más?


¿Cuándo te echarás un novio?. Y me echo un novio. ¿Cuándo te casarás?. Y me caso. ¿Cuándo tendrás un hijo?. Y tengo un hijo. ¿ Cuándo irás a por el segundo?.

¿Cuándo dejaré de estar en deuda con la sociedad?.

Relájense un poco señoras y señores, pasen y vean este espectáculo llamado vida que al final siempre pasa el cepillo. Intenten disfrutar de lo que aquí van a ver y sentir y traten de no juzgar lo que no son capaces de entender, que la cabeza funciona muy rápido y la vida tiene su ritmo. Concéntrense en el actor principal, es un tipo normal, con miedos, predestinado a existir más allá de sus deseos. Su delgada figura ocupa el centro del coso taurino. Tiene los ojos clavados en la puerta grande, pero no tiene ninguna intención de salir a hombros, sólo espera existir en el albero el máximo tiempo que la bestia se lo permita.
El sol penetra con fuerza en la arena, y sus ojos se llenan de lágrimas que resbalan por sus mejilla y se confunden con el sudor. Tiene una vida y cuatro burladeros.
El murmullo de la gente lo inquieta y le hace mirar a cualquier dirección, como si la muerte no se anunciase y tuviera que venir de sopetón.
Entonces piensa en todos aquellos a los que quiere y le consta que le quieren. Y se pregunta cómo llegó hasta esta plaza. A quién tenía que demostrar, y el qué. Y sigue petrificado en medio del coso.
El traje de luces le oprime, y aunque le presta dignidad, también le procura protagonismo que no quiere, que no busca, que te regala con traje de luces y capa.
La gente silba y abuchea, exige postura, valentía y arrojo y eso, señores míos, él no lo tiene y nunca lo quiso para sí. Tenía metas más simples, se conformaba con poco, pero de tanta insatisfacción a su alrededor, creyó mal que algo tenía que demostrar.
El toro nunca saldrá. Y nuestro personaje vivirá para contarlo, sin sacar pecho, siempre atemorizado por algo que no va a pasar, un fantasma que jamás se presentará. Y siempre con la incomoda sensación de que se debe a un público insaciable.

Sólo yo lo siento, sólo yo lo sé. Sólo a mi me lo debo.

7 comentarios:

  1. y solo a ti me dirijo.... me parece un post interesante y un blog singular.
    Te dejo un salydo desde la armonia del coaching.

    Paz

    pacobailacoach.blogspot.com

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  2. Gracias Paco. Ahora busco un hueco de silencio y te leo

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  3. Escribes muy bien, lo cual es muy de agradecer por los que navegamos en busca de islas donde aprovisionarnos. Muchas gracias por visitar mi perplejo mundo y adherirte a la causa. Espero no defraudarte y que nos ayudemos mutuamente a crecer. (!)

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  4. El eterno dilema entre el ser y el deber-ser. Prefiero dejar de pensar en el "que dirán" e intentar ser feliz. Muy buen texto. Me dejó pensando! Un beso

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  5. Gracias Perplejo, espero seguir siendo testigo de tus triunfos.
    Gracias Martín, nos vemos en El Living.

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  6. María
    Me encantó recibir tu visita y vine a mirarme en tu espejo.
    Me encanta.
    Cuando vengas a Cali Colombia me avisas para tomar un café juntas.
    Abrazo,
    Penélope

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  7. María no sé si se pudo publicar mi mensaje así que lo repito.
    Me encantó recibir tu visita en mi página y que seas seguidora, así que vine a mirarme en tu espejo y me encantaron tus letras.
    Cuando vengas a Cali Colombia avisame para tomarnos un café juntas
    Abrazo,
    Penélope

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